lunes, 23 de noviembre de 2009

Tu pecado, tu dios, tu asesino...

Me he quedado más tranquila, mucho más. Aunque de pronto sobrevinieron miles de ideas confusas, de temas diferentes pero conexos. Todos con un mismo nexo... o dos.
Por unos minutos estuve pensativa, silenciosa. Alguien me habló, y asentí sin saber muy bien lo que me había dicho. En la cabeza algunos datos nuevos necesitaban mi absoluta concentración. 5 minutos de tristeza, y vuelta a la normalidad, aunque mejor que antes, mucho mejor.
Se me quedaron un par de preguntas, que no quise formular en el momento. Tampoco me pareció correcto, así que las haré otro día. Aunque no dejaré pasar mucho tiempo, porque merecen ser preguntadas.
Siempre está bien que te feliciten los lunes! Ayuda a llevarlos mejor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No dudes en preguntar. Es Serrat, no Sabina, el que canta que nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio. No dudes en preguntar, a cualquiera de los nexos, ni esperes a que llegue el momento propicio. No te quedes con la duda por no preguntar, ni dejes que el tiempo malinterprete la duda, no dejes que nazcan hierbajos al alma. Pero tampoco esperes encontrar la verdad absoluta, quizás tampoco la seguridad, reservada a unos pocos nada recomendables. Aún así, y aunque no sea lo más cómodo, no dudes en preguntar. (No es una respuesta, sino una reflexión interna, como buen sacerdote, no aplico).

RequetePa dijo...

En principio he seguido tu consejo, y he preguntado lo que necesitaba. Mis preguntas continuarán, pero ante la idea de que puedan ser tomadas por mal sentido, a veces me las guardo, y a veces salen sin pensar, en forma de interrogante final.
No busco la verdad absoluta, solo lo que me quieran responder. Nada más que eso.